
Paleontólogos de la Universidad de Zurich han descubierto un antiguo delfín de agua dulce que data de hace 16,5 millones de años en la región amazónica peruana. Nombrado como Pebanista yacuruna, la especie está más emparentada con los delfines de río modernos de Asia que con los delfines amazónicos actuales, dice el estudio.
Demostrando así que al menos dos grupos separados de los ancestros de los delfines hicieron la transición a ambientes de agua dulce en América del Sur.
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Pebanista yacuruna se identificó a partir de un cráneo descubierto en la formación Pebas, una formación expuesta a lo largo del Río Napo, en Perú. La zona conserva los huesos de diversos animales antiguos que habitaron la cuenca del Amazonas durante el Mioceno Medio (de 17 a 14 millones de años), un periodo donde la tierra experimentó subidas de temperatura hasta de 3°C por encima de las temperaturas actuales ayudando a formar bosques tropicales en distintas partes del mundo, y donde algunos grupos de cetáceos marinos se adaptar a nuevos entornos.
Aunque el cráneo está incompleto, el fósil conserva suficientes características, incluyendo la parte superior del rostro (grande y robusto) y los dientes, que permitieron a los científicos hacer comparaciones con otras especies, vivas y extintas, para ubicarlo en el árbol familiar.

A pesar de que las especies actuales tienen aspectos similares, cada uno evolucionó de un ancestro distinto de forma independiente, indica el paper. Una transición al agua dulce que tuvo lugar durante el Neógeno, un periodo de la tierra que abarca desde 23 millones a 2,6 millones de años.
«Los delfines de río modernos surgieron de tales eventos», dicen los científicos. «Ya que la morfología similar de estos grupos distantes es el resultado de una clara evolución convergente [desde distintos puntos hacía la misma finalidad]».
Entre los cuatro grupos existentes de delfines de río, Pebanista Yacuruna sería el primer representante de agua dulce del grupo Platanistoidea de América del Sur, un grupo que también contiene al género asiático Platanistidae, en lugar de estar emparentado con los delfines amazónicos, Iniidae. Esto debido a que el fósil tiene más características en común con los delfines encontrados en los ríos Ganges e Indo. Por ejemplo, tenía grandes crestas en la frente relacionadas con su habilidad para usar la ecolocalización como los miembros del género Platanistidae, los delfines de río actuales de Asia del sur.
La ecolocalización es muy importante para estos delfines, ya que viven en aguas muy turbias donde la visibilidad es escasa. Por lo tanto, está habilidad les permite “ver” utilizando sonidos para detectar objetos en su entorno.

Además, al igual que otros delfines de río, Pebanista tenía un hocico largo e inserciones de músculos esqueléticos bien desarrolladas en el cráneo, lo que sugiere un comportamiento activo de alimentación rapaz: una dieta basada principalmente en peces, como las dietas de las especies modernas.
El equipo estima que el nuevo delfín medía entre 2,8 a 3,5 metros de largo como mínimo, convirtiéndolo en el delfín de río más grande descubierto hasta la fecha, superando el tamaño máximo de 2,5 metros de longitud de los modernos delfines de río.
Su nombre genérico «Pebanista» es un juego de palabras que enfatiza la relación entre la formación Pebas dónde se descubrió el fósil y los delfines de Asia, dice el estudio. Mientras que el nombre específico proviene de kichua (quechua del norte) que honra a la «yacuruna», una criatura acuática mítica de la Amazonia peruana.

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A finales del Oligoceno (hace unos 25 millones de años) hasta el Mioceno, los Platanistoidea marinos eran muy diversos, alcanzando una distribución en todo el mundo. Algunos habrían migrado hacia el actual continente asiático mientras que otros emigraron hacia la cuenca del Amazonas y se adaptaron a los sistemas de ríos y lagos de la región Pebas, donde el hábitat era rico en nutrientes: en la región habitaba una extraordinaria diversidad de fauna, incluida una amplia gama de peces, tortugas, cocodrilos y mamíferos.
El gran tamaño corporal podría atribuirse a esta gran disponibilidad de recursos en los ecosistemas protoamazónicos, dicen los autores. Además no habría tenido depredadores y competidores directos en el sistema de megahumedales de Pebas.
Sin embargo, a medida que el paisaje evolucionaba hacia la Amazonia moderna, estos antiguos delfines enfrentaron la extinción debido a la desaparición de sus presas. Lo que abrió un nicho ecológico para los parientes de los actuales delfines fluviales del Amazonas (Iniidae), que también enfrentaban la extinción en los océanos debido a la aparición de nuevos cetáceos, como los delfines oceánicos modernos, llevando al declive de los miembros de Platanistoidea en América del Sur.
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