¿Cómo funciona un navegador?

Un navegador es la primera puerta de entrada en nuestro viaje por el mundo del internet, para que funcione sigue protocolos escritos en forma de códigos.

¿Cómo funciona un navegador?
Créditos: MacWorld

Un navegador web es una herramienta que nos lleva a cualquier sitio en internet. Nos permite leer, ver vídeos o buscar imágenes.

Para que esto ocurra lo que hace es recuperar la información solicitada desde otras partes de toda la infraestructura de internet y lo proyecta en nuestro dispositivo. 

La información se desgasta utilizando el protocolo de transferencia de hipertexto (HTTP) que define cómo se van a transmitir los textos, las imágenes y los vídeos en la web. Esta información necesita ser compartida y proyectada en un formato consistente para cualquier navegador en cualquier parte del mundo y las personas pueden ver la información.

Es decir, la información debe estar siempre servida para el usuario.

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Pero la mayoría de los fabricantes de navegadores no comparten el mismo formato para los cibernautas. En otras palabras, un sitio web se puede ver y funcionar de diferentes maneras en diferentes navegadores, por ejemplo una versión en Chrome y otra en Firefox.

Para este tipo de inconvenientes existe algo que se conoce como «la web estándar«, que no es más que la tecnología que se utiliza para crear sitios web, como HTML, un lenguaje informático. 

Cuando los navegadores buscan información de internet conectado a un servidor, usan una pieza de software conocido como “motor de renderizado”, para traducir los datos en textos e imágenes. Estos datos están escritos en un lenguaje conocido como Hypertext Markup Language (HTML) o el Lenguaje Hipertexto (en español). El navegador lee este código para crear lo que vemos, lo que escuchamos y experimentamos en internet.

Estos hipervínculos o enlaces nos permiten ir de una páginas a otra o de un sitio web a otro.

Cada página, imagen y video tiene su único Localizador Uniforme de Recursos (URL), también conocido como la dirección web. Cuando un navegador busca datos en el servidor, lo hace en base a lo escrito en HTML. Luego, el código escrito le dice al navegador donde está alojado lo que buscamos. Y todo esto ocurre en un solo clic!

Cookies

Todo lo anterior nos llevan a las famosas «galletas» o ‘cookies’, archivos de información que un sitio recopila sobre nosotros. 

¿Cómo funciona un navegador?
Créditos: Kinsta.

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Los cookies son fragmentos de datos que se almacenan en un navegador web para que el sitio pueda recuperarlo más tarde. Así cuando volvemos a una página, la página lee el archivo guardado para ver si somos nosotros. Una especie de carnet de identidad que indica nuestro regreso.

Digamos que los cookies se usan para no empezar de cero y que un sitio pueda proporcionar contenido específico a cada visitante, la mayoría de las veces en forma de anuncios.

 También hay cookies de terceros que provienen de sitios visitados previamente y que rastrean al usuario de un sitio a otro para recopilar información. Una información que luego se vende a otras empresas.

Las últimas galletas suenan casi aterradoras y son los encargados de «leer nuestras mentes». Si piensas en casas y buscaste algún algún apartamento en la web, en cualquier página posterior te aparecerán todos apartamentos del mundo. A veces casi por «arte de magia».

Si bien este tipo de cookies se pueden bloquear no todos los navegadores lo permiten. Aquí es donde entra una pequeña solución: el modo incógnito. 

Un poco de navegación privada

Casi todos los principales navegadores tienen una configuración de navegación privada. Su función básica es ocultar el historial de navegación de otros usuarios en la misma computadora.

A menudo se piensa que la navegación privada o el modo de incógnito, ocultará tanto su identidad como su historial de navegación de los proveedores de servicios de Internet, los gobiernos y los anunciantes. Pero no es así. Estas configuraciones simplemente borran el historial en su sistema, lo cual es útil si está tratando con información confidencial en una computadora compartida o pública. 

Sacando provecho a los navegadores

Por último, la mayoría de los principales navegadores web permiten a los usuarios modificar su experiencia a través de extensiones o complementos. 

Las extensiones son pequeños software que se pueden agregar a un navegador para personalizarlo o agregar funcionalidades, como diccionarios de idiomas extranjeros o cambiar apariencias y temas visuales, entre otros.

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[Desde Guna Yala, un artículo de Morbeb Tech]

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