
Mientras estudiaban subenanas ricas en helio, estrellas de baja luminosidad, con el Gran Telescopio de África Austral (SALT), astrónomos dirigidos por investigadores del Observatorio y Planetario de Armagh han descubierto varias estrellas enanas blancas y pre-enenas muy calientes, según un paper publicado a inicios del mes.
«Por casualidad, la encuesta SALT para subenanas ricas en helio ha llevado al descubrimiento de ocho enanas blancas calientes y pre-enanas blancas con temperaturas efectivas que superan los 100 000 Kelvin», escribieron los investigadores en el artículo.
Entre los hallazgos se encuentran una estrella situada en el centro de una Nebulosa Planetaria recién descubierta, y una preenana blanca con una temperatura superficial de 180 000 grados Celcius, la más caliente entre las ocho recién descubiertas . A modo de comparación la superficie del sol tiene apenas 5 500 grados Celcius (5 800 Kelvin).
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Las enanas blancas son cadáveres estelares, son lo que queda cuando una estrella como la nuestra agota todo su combustible. Esto es, al final de la evolución de una estrella de masa baja y media (hasta 8 veces la masa del sol) llega un momento en que la estrella pierda su «energía» interna, la que permite su brillo, entonces aumenta de tamaño y explota, quedando solo el núcleo, un núcleo denso y pequeño que se conoce como enana blanca. Este tipo de estrellas tiene la masa equivalente al sol alojado en un objeto del tamaño de la tierra. Las pre-enanas por ende, son estrellas un poco más grandes que luego, en pocos miles de años, se contraen para formar las enanas propiamente dicho.
Debido a su alta gravedad, se sabe que tienen atmósferas de hidrógeno puro o helio puro. Sin embargo, una pequeña fracción demuestra rastros de elementos más pesados. Además también varían una amplia gama de colores, dependiendo de la radiación que emiten. Los colores van desde azul blanquecino de una estrella de tipo O, B o A (estrellas gigantes blanco-azuladas) hasta el amarillo anaranjado de una estrella de tipo K o M (estrellas parecidos a nuestro sol).
En el nuevo artículo los científicos detallan el hallazgo de ocho estrellas calientes que incluyen, dos pre-enanas en transición, una enana blanca, cinco pre-enanas estrellas tipo O (estrellas gigantes), una de ellas en el centro de una Nebulosa planetaria, una estrella moribunda que está arrojando gases (formando una nebulosa).
Las pre-enanas en transición son estrellas tipo PG 1159, un tipo de estrellas que está en camino entre ser la estrella central de una nebulosa planetaria y ser una enana blanca caliente. Además las estrellas PG descubiertas son estrellas variables, cambian de brillo o color cada x tiempo (de 6 000 a 1 200 segundos).
De estas dos estrellas variables, el denominado como SALT J213742.6−382901 (o J2137 para abreviar) parece ser la más caliente de las ocho, su temperatura efectiva se estimó en alrededor de 180 000 grados centígrados. J2137 también es la pre-enana blanca variable más caliente que se ha descubierto hasta la fecha.
La muestra también incluye una enana blanca con helio puro en su atmósfera que también sería la más caliente de su tipo, con una temperatura de 130 000 grados centígrados. Además se observó tres estrellas tipo O (pre-enanas) con helio (He) en su atmósfera y dos con hidrógeno (H).
Una de las dos estrellas H, es la estrella central de una nebulosa planetaria (PN) recién descubierta. Mientras que la otra es la estrella H «desnuda» (sin ser parte de una Nebulosa Planetaria) más caliente descubierta hasta la fecha.

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Todas estas estrellas se encuentran en una etapa avanzada de su ciclo evolutivo y se acercan al final de sus vidas. Debido a sus temperaturas, son más de cien veces más brillantes que el sol, lo que se considera inusual para las estrellas enanas blancas, que suelen ser estrellas tenues a pesar de su alta temperatura.
«Las estrellas con temperaturas efectivas de 100 000 grados Celcius o más son increíblemente raras. Fue una verdadera sorpresa encontrar tantas de estas estrellas en nuestra encuesta. Estos descubrimientos ayudarán a aumentar nuestra comprensión de las últimas etapas de la evolución estelar», dijo Simon Jeffery, autor principal y astrónomo del Observatorio y Planetario de Armagh.
Los autores indican la necesidad de más estudios de las pre-enanas descubiertas, ya que podrían ser cruciales para probar modelos teóricos de estabilidad en estrellas variables.
«Observaciones más extensas, preferiblemente desde el espacio, permitirían que sus propiedades astronómicas sean exploradas con más detalle», concluyeron.
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[Desde Guna Yala, un artículo de Morbeb Science]