Un metaanálisis de la Universidad de Massachusetts Amherst sugiere que caminar entre 6 000 a 9 000 pasos al día puede reducir de forma significativa las enfermedades cardiovasculares en adultos mayores.
Las conclusiones se basan en el análisis de 8 artículos que cuantificaron los pasos por día de 20 152 adultos (en conjunto), con una edad promedio de 63 años. A la par también se dio seguimiento a los eventos cardiovasculares, como enfermedad coronaria fatal o no fatal, accidente cerebrovascular e insuficiencia cardíaca.
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Según los resultados, en comparación con las personas que caminan 2 000 pasos por día, aquellos que dan entre 6 000 y 9 000 pasos diarios tienen un riesgo reducido de enfermedad cardiovascular, incluidos ataques cardíacos y derrames cerebrales, en un 40% a 50%.
En cambio en los adultos más jóvenes no se encontró asociación entre aumentar los pasos y reducir el riesgo de estás enfermedades. Lo que no es sorpresivo, dicen los autores, ya que las enfermedades cardiovasculares suelen ser en mayor medida una enfermedad de las personas mayores.
Pero eso no significa que los adultos más jóvenes no deban hacer ejercicio por su salud cardiovascular, dijo la doctora Amanda Paluch, autora principal del estudio y epidemióloga de actividad física de la Universidad de Massachusetts Amherst, a Medical News Today.
“Para los adultos más jóvenes, la actividad física beneficia a muchos de los precursores de las enfermedades cardiovasculares, como la presión arterial alta, la obesidad y la diabetes tipo 2. Estas condiciones tienen más probabilidades de desarrollarse en adultos jóvenes y son importantes para la prevención temprana de enfermedades cardiovasculares”.
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Los datos del metaanálisis confirman las conclusiones de un estudio previo que demostró que caminar 8 200 pasos al día puede reducir el riesgo de una amplia gama de problemas de salud crónicos.
Además el nuevo artículo también descubrió que cada 1000 pasos adicionales a diario, marca una reducción sustancial en las enfermedades del corazón.
Por lo tanto, los investigadores sugieren que los adultos que esperan reducir su riesgo de problemas cardiovasculares deben considerar establecer objetivos que se sientan más alcanzables. Digamos, ir aumentando poco a poco sus caminatas.
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[Desde Guna Yala, un artículo de Morbeb]
