Parada en el atril con un informe en mano, la ministra de Turismo y Vida Silvestre de Kenia, Peninah Malonza, arrojó datos poco alentadoras para la fauna de su país, el viernes pasado.
«Como todos saben, —dijo—, las lluvias […] fallaron por completo durante las temporadas de lluvias. Esto resultó en la sequía actual […] que ha causado la mortalidad de la vida silvestre, en su mayoría especies de herbívoros».
El comunicado de prensa sigue a un informe publicado por el Instituto de Investigación y Capacitación de la Vida Silvestre (WRTI) de Kenia. Un informe donde se detalla que de febrero a octubre de este año 14 especies de animales se vieron gravemente afectadas debido al agotamiento de los recursos alimenticios, así como a la escasez de agua.
«La sequía continúa empeorando a medida que pasan los días, como lo demuestra la tendencia al alza de la mortalidad de la fauna silvestre», destaca el equipo de WRTI en su informe.
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En las últimas cuatro temporadas, Kenia ha experimentado lluvias por debajo del promedio. Una sequía prolongada en el Gran Cuerno de África que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) catalogó como «la peor sequía registrada en las últimas cuatro décadas».
Además, agregó la ONU , «en los últimos meses, el número de personas en Etiopía, Kenia y Somalia sin acceso confiable a agua potable aumentó de 9,5 millones a 16,2 millones».
Bajo este escenario, los investigadores de WRTI recopilaron datos de mortalidad de animales en áreas protegidas de Kenia y sus alrededores para determinar los impactos de la sequía en la vida silvestre.
Descubrieron que 205 elefantes, principalmente elefantes jóvenes, han muerto en lo que va del año. «Los elefantes son afectados por la sequía debido a la reducción de forrajes», escribió el equipo.
Las regiones mayormente afectadas han sido al norte del país, dónde también se encuentra el 65% de todos los elefantes de Kenia.
Además, durante el monitoreo se hallaron sin vida 512 ñus, 381 cebras comunes, 51 búfalos, 49 cebras de Grevy (una especie en peligro de extinción), 12 jirafas y otros animales. Incluso un bebé de rinoceronte de 2 años pereció en un santuario al oeste del país.
Aunque la cantidad real de víctimas sería mucho mayor, ya que el equipo no monitoreó todos los sitios del territorio. Además los carroñeros pueden haber consumido los cadáveres antes de su evaluación.
«Los datos resumidos anteriores deben tomarse con precaución. El paisaje es expansivo y los equipos de campo no pueden haber accedido a todas las partes del área donde murió la vida silvestre», indicaron los autores.
«Sin embargo, el informe proporciona una buena indicación del impacto de la sequía actual sobre la vida silvestre en Kenia», agregaron.
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Para eliminar los efectos de la sequía, en los últimos meses el gobierno keniano suministró heno a las especies afectadas. Así como ha provisto de agua a las áreas protegidas, y el monitoreo ha sido constante a lo largo del tiempo, dijo la ministra.
Unos esfuerzos que parecen no ser suficientes. Más aún cuando se prevé que la sequía seguirá en la próxima temporada de lluvias. Una sequía que podría afectar a más animales, incluso a aquellos mejor ubicados dentro de los santuarios y áreas protegidas.
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[Desde Guna Yala, un artículo de Morbeb Science]
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