En diciembre de 2012, un equipo de guías en la Reserva Nacional Maasai Mara, al suroeste de Kenia, observó algo inusual: un águila marcial persiguiendo durante semanas a una manada de leones. El ave habría seguido al grupo de félidos que se desplazaba cerca de la reserva hasta cazar uno por uno a tres cachorros de una misma hembra.
Aunque el caso parecía aislado, un nuevo estudio dirigido por biólogos de la Universidad de Wageningen en los Países Bajos ha descubierto registros de este comportamiento que abarcan cerca de dos décadas, y son los primeros que se publican de forma detallada. En concreto, el equipo descubrió hasta siete avistamientos de depredación o intento de depredación de cachorros de león (Panthera leo) por parte de águilas marciales (Polemaetus bellicosus) en la región de Mara.
«Estos eventos resultaron en la muerte de nueve cachorros de león», dice el estudio, «la mayoría de los cuales fueron consumidos al menos parcialmente».
Más de Morbeb: Los animales temen más a los humanos que a otros depredadores
La primera observación ocurrió en 2008, cuando un fotógrafo capturó imágenes de un águila marcial adulta alimentándose de un cachorro de león de unas seis semanas de edad a lo largo de un camino en medio de un herbazal. Según el estudio, el águila se alimentó primero de los órganos y desplumó el vientre y las patas traseras del león, «una forma de alimentación típica de las águilas adultas».
Desde entonces, ha habido varios avistamientos, incluyendo intentos de caza infructuosos captados en video y consumo de cachorros de león de 3 a 6 semanas de edad por parte de águilas marciales tanto adultas como juveniles recién emplumadas.
El último de estos eventos tuvo lugar en junio de 2023, cuando se observó a un águila marcial juvenil cazando y matando a un cachorro de león de unas cuatro semanas. El águila tuvo dificultades para volar con el cachorro y lo arrastró hasta un montículo de termitas para alimentarse.
«Más tarde ese día», dice el reporte, «una leona regresó y trasladó a los tres cachorros restantes a una guarida diferente». Durante los días siguientes, los guías informaron haber visto al águila juvenil observando a los cachorros sobrevivientes, pero no se observaron más cacerías.
Según los científicos, aunque estas interacciones ocurren entre dos carnívoros superiores, el comportamiento de las águilas no se puede explicar bajo los mismos conceptos de «matanza interespecífica» o «depredación intragremial» como lo haríamos entre dos especies de mamíferos. Por ejemplo, en la matanza interespecífica, un depredador mata a otro por competencia, porque tienen dietas similares y luchan por los mismos recursos o por territorio. En estas peleas, el consumo de la carne de la víctima suele ser incidental —como el perdedor ya está muerto, se convierte en almuerzo, pero sin ser realmente parte de la dieta.
La matanza interespecífica se ha documentado en 97 interacciones que involucran a carnívoros mamíferos. Por lo general, al igual que la depredación intragremial (donde un depredador mata a otro para comer, además de disminuir la competencia), suele darse en especies de las mismas familias taxonómicas, por ejemplo, entre cánidos. Sin embargo, es muy raro que se dé entre especies muy separadas, como aves y félidos.
Por lo tanto, las águilas parecen cazar porque ven una oportunidad real de alimento en los cachorros y no matan simplemente para reducir la competencia. Una competencia que, en todo caso, no existe, ya que, aunque ambas especies son carnívoros que ocupan las posiciones más altas dentro de un ecosistema, se mueven en nichos diferentes y cazan animales de distintos tamaños.
Más de Morbeb: Cientos de animales han muerto por la sequía en Kenia: informe
Las águilas marciales pueden alcanzar una envergadura de 2,6 metros y un peso de 4,6 kg. Estos animales «rara vez carroñean», dicen los científicos, «su dieta consiste en una amplia variedad de aves, reptiles y mamíferos de tamaño mediano a grande que varían en peso desde menos de 1 hasta cerca de 7,5 kg».
Mientras tanto, los leones carroñean fácilmente y generalmente se alimentan de ungulados medianos a grandes dentro de un rango de peso de 190 a 550 kg.
Teniendo en cuenta estas diferencias, el comportamiento de las águilas no puede clasificarse como una matanza interespecífica o incluso como una depredación intragremial. En cambio, es probable que represente una depredación pura en la que el águila marcial ve a los cachorros de león como una presa y una fuente de alimento.
Según el estudio, tres de los siete registros probablemente estaban relacionados con al menos cuatro parejas diferentes de águilas marciales. Esto sugiere que el comportamiento no es aprendido o específico de un sitio, sino que depende de la densidad de águilas marciales y leones, así como del hábitat. Digamos que las águilas atacan cuando son mayoría y las leonas están solas con sus cachorros.
Aunque es muy poco probable que estas cacerías tengan un impacto real a nivel de especie, pueden afectar a una manada entera, dicen los científicos. Por ejemplo, el comportamiento observado en 2012, donde un águila devoró a todos los cachorros de una sola hembra, es evidencia de esto.
Además de los cachorros de león, los científicos también descubrieron registros de águilas marciales cazando otras especies depredadoras, incluyendo un cachorro de leopardo, gatos servales y un cachorro de perro salvaje africano. Y no serían las únicas aves con este comportamiento, ya que se han observado águilas reales matando y comiendo cachorros de osos y lobos, y se ha visto a un búho real de Verreaux alimentándose de un cachorro de león recién muerto.
Estos eventos de depredación son raros pero probablemente generalizados, concluyen los científicos. Y al ser raros, también son poco reportados y, por lo tanto, poco comprendidos.
La información es libre, pero investigar en profundidad, analizar datos y escribir en un lenguaje sencillo toma tiempo, apoya a nuestros editores a través de: