
En un paper publicado en Polar Biology, un equipo de biólogos argentinos ha documentado un caso de melanismo en un pingüino papúa salvaje de la Antártida. Hasta la fecha, es el segundo caso de melanismo en esta especie.
El melanismo ocurre por una alteración genética dónde hay un exceso de melanina, el pigmento que le da el tono marrón/oscuro a los animales (incluyendo humanos), en alguna parte o en todo el cuerpo. Es una alteración categorizada dentro de las discromías o alteraciones del color de la piel que también incluye el albinismo (ausencia de melanina). Hasta la fecha solo había un caso documentado de melanismo en un pingüino papúa (Pygoscelis papua), una especie que se reproduce en la Antártida e islas subantárticas. Ese primer caso se registró en 1997.

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En el nuevo artículo, un equipo dirigido por investigadores de la U. Nacional de la Plata observó a un pingüino con una aberración de color en el plumaje en la Estación Esperanza, en la Península Antártica. El pingüino fue fotografiado cerca de otros miembros de la especie por dos días consecutivos.

Si bien, en su mayor parte presentaba una coloración normal, el equipo notó que algunas de sus plumas delanteras e inferiores tradicionalmente blancas son oscuras, dándole un aspecto moteado.
Según la teoría, los patrones de plumaje oscuro en la espalda y blanco en el vientre de las aves marinas que se sumergen en busca de presas, como los pingüinos, habrían evolucionado como camuflaje contra depredadores. Los animales que están encima de ellos tendrían dificultades para distinguir la oscuridad de sus espaldas de la oscuridad del océano debajo, y los que están debajo de ellos tendrán dificultades para distinguir sus frentes blancos del cielo sobre ellos.

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Por lo tanto, un pingüino con alguna discromía podría ser más susceptible a los depredadores. Pero este no es el caso, dicen los autores, ya que el pingüino pudo alcanzar la edad adulta, y parecía gozar de buena salud y exhibía un comportamiento normal.
En el estudio del primer caso (del 97) los investigadores también notaron que los pingüinos albinos podían tener crías. Lo que ilustra, dicen los científicos que algunos pingüinos con colores aberrantes no sólo son capaces de sobrevivir en la naturaleza, sino que también pueden reproducirse con éxito. Aunque en este caso no se pudo confirmar ni su sexo ni su estado reproductivo.
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