Los chimpancés salvajes sufren menopausia, indica un estudio

Utilizando datos demográficos y muestras de orina, un equipo internacional de científicos ha descubierto por primera vez que una subespecie de chimpancé sufre menopausia similar a los humanos.

Los chimpancés salvajes sufren menopausia, indica un estudio
Chimpancé oriental (Pan troglodytes schweinfurthii) del Parque Nacional Kibale, Uganda. Créditos: Bernard Dupont.

Durante 21 años, un equipo de biólogos y antropólogos siguió el rastro de una población de chimpancé oriental (Pan troglodytes schweinfurthii) en Uganda, para estudiar los cambios demográficos.

Sus hallazgos, de un grupo de hembras con una «larga» vida trás dar a luz su última cría, podría cambiar nuestros conocimientos evolutivos sobre la menopausia. Y agrega a esta subespecie de chimpancés a un selecto grupo de mamíferos que experimentan cambios hormonales al final de su etapa reproductiva.

El equipo, dirigido por investigadores de la Universidad de California, analizó datos tomados desde 1995 hasta 2016 de la comunidad de chimpancés salvajes Ngogo, del Parque Nacional Kibale, para determinar sus tasas de mortalidad y fertilidad.

De una población de 185 hembras, los científicos calcularon que una hembra pasa hasta una quinta parte de su vida (20%) en estado posreproductiva, lo que representa la mitad de la vida menopáusica de los grupos de cazadores-recolectores humanos como las mujeres de la tribu hadza del norte de Tanzania que suelen tener a su último bebé a una edad promedio de 41 años, pero pueden vivir hasta los 60 años.

La mayoría de los animales no sobrevive mucho después de su última cría, en estado salvaje. Pero en esta población de chimpancés, 16 hembras superaron los 50 años. Algunas, incluso, vivieron casi 70 años.

En seres humanos, la menopausia suele ser el resultado del agotamiento de los folículos ováricos, estructuras responsables del desarrollo de los óvulos. Esto lleva a cambios fisiológicos donde algunas hormonas aumentan y otras disminuyen. Por ejemplo, a medida que las reservas foliculares se acercan al agotamiento, los ovarios no pueden mantener los niveles de producción de estrógeno y progesterona necesarios para los ciclos ovulatorios, por ende, sus niveles caen.

Los chimpancés salvajes sufren menopausia, indica un estudio
Fig. 2. Tres chimpancés hembras post-reproductivas. De izquierda a derecha están MARL (murió a los 69 años), MAR (murió a los 64 años) y Sutherland (aún vive a los 61 años). Créditos: Wood, et al. / Science.

Lea también: Los animales temen más a los humanos que a otros depredadores


Para confirmar la menopausia, el equipo tomó 560 muestras de orina de 66 hembras de diferentes estados reproductivos y edades (desde los 14 a los 67 años).

Colocaron láminas de plásticos en los árboles donde se posaban los chimpancés. Cuando una hembra dejaba su orina, los científicos tomaban las muestras con pipetas y las enviaban a laboratorios especializados en Alemania y Estados Unidos.

El equipo analizó los resultados buscando variaciones en la concentración de cinco hormonas que normalmente indican la menopausia. Luego, compararon estos patrones encontrados en muestras de chimpancés con los de estudios previos en mujeres humanas.

Descubrieron que las hembras de chimpancé experimentan una transición hormonal similar a la observadas en humanos. Las hembras exhibieron firmas hormonales de la menopausia, incluido un fuerte aumento de gonadotropinas, hormonas implicadas en el ciclo ovárico, después de los 50 años, escribió el equipo.

Los resultados indican una disminución en los niveles de estrógeno y progestina, junto con niveles elevados de hormona estimulante del folículo (FSH) y hormona luteinizante (LH), hormonas que controlan la ovulación y la renovación del revestimiento uterino después de la menstruación.

Si bien, quedaba claro que los chimpancés sufren menopausia, faltaba explicar las razones evolutivas del por qué ocurre esto en la fisiología de las hembras.

«Explicar cómo evolucionó la menopausia es un desafío porque no es obvio por qué la selección debería favorecer genes [trozos de ADN] que extienden la vida más allá del final de la reproducción», escribieron los autores.

Los chimpancés salvajes sufren menopausia, indica un estudio
Fig. 3. Concentraciones de hormonas urinarias en mujeres de diferentes estados reproductivos. (A) LH en muestras recolectadas en 2016-2018, (B) FSH 2016-2018, (C) FSH 2006-2007, (D) estradiol 2016-2018, (E) estrona 2016-2018 y (F) pregnanodiol 2016 –2018. Los diagramas de caja se basan en todas las muestras de orina y no en promedios por mujer. Créditos: Wood, et al. / Science.

Lea también: Se ha observado a un virus “parasitando” a otro virus, por primera vez


Hasta el momento, además de los humanos, la menopausia sólo se había registrado en cinco mamíferos salvajes: orcas (Orcinus orca), calderones de aleta corta (Globicephala macrorhynchus), narvales (Monodon monoceros), ballenas beluga (Delphinapterus leucas) y falsas orcas (Pseudorca crassidens). Pero su explicación evolutiva sigue sin estar clara.

Una hipótesis sugiere que la vida más allá de la reproducción (en lugar de la menopausia como tal) se originó para preservar el legado genético de las mujeres. Esta hipótesis, llamada la hipótesis de la abuela, indica que la menopausia surgió para que las mujeres ayuden a sus hijas a criar a sus nietos, y así, sus genes pueden seguir a través de generaciones.

Pero la hipótesis de la abuela no logra explicar la menopausia en la población de chimpancés, dicen los científicos, porque las hembras jóvenes abandonan su grupo familiar para aparearse en otro grupo y, por lo tanto, quedan separadas de su madres. Esta dispersión de las hembras hace imposible, en teoría, que las abuelas chimpancés ayuden a sus hijas a criar a sus nietos que generalmente vivirán en otros lugares.

Una explicación evolutiva alternativa que podría explicar la menopausia en la población Ngogo es la hipótesis del conflicto reproductivo.

El conflicto reproductivo sugiere que, en un grupo, las hembras mayores dejan de reproducirse para evitar la competencia reproductiva con las hembras más jóvenes, quienes, con el tiempo, tienen cada vez más probabilidades de ser sus nietas u otra pariente cercana.

Digamos que con el tiempo, las nietas tienen probabilidades de volver al grupo de las abuelas o una hembra joven aparearse con el hijo, gracias a las dispersiones, por lo tanto, evitar esa competencia con las jóvenes, podría ayudar a preservar de alguna forma los genes de la abuela en el futuro.

La hipótesis del conflicto se ha observado en orcas y los científicos sugieren que la dispersión femenina también pudo haber sido común en las poblaciones humanas ancestrales.

Según los científicos, las dos hipótesis podrían ser necesarias para explicar por qué los humanos han desarrollado una vida larga después de su vida fértil.


Lea también: La extinción masiva provocada por el hombre es peor de lo que se pensaba


Otro estudio, publicado por dos biólogas del Centro Alemán de Investigación del Cáncer a finales de octubre, va un poco más allá y sugiere que la menopausia está presente en 6 de las 20 órdenes de mamíferos sobre las que hay datos experimentales y demográficos.

Para su estudio, el dúo redefine el término de la menopausia (el último sangrado menstrual), para incluir una definición más global, la oopausia, el cese de la ovulación en hembras de una especie.

Los datos, basados en animales de zoológicos, laboratorios y otros entornos cautivos, indican, dice el equipo, que el cese de la ovulación está muy extendido y la mayoría de los mamíferos parece experimentar la oopausia.

Fig. 4. Árbol de la vida para especies de mamíferos placentarios. Los círculos de colores muestran si las especies alcanzan la oopausia y qué métrica se utilizó para evaluarla. Los círculos blancos indican que no se encontraron datos primarios que coincidan con los criterios de inclusión para el pedido. Créditos: Winkler y Goncalves / Cell, 2023.

En el artículo de la población de Ngogo, los científicos sugieren que los chimpancés (al igual que los animales de los zoológicos) pueden tener una vida más larga gracias a su hábitat protegida, dónde sufren menos depredación, menos enfermedades y se mantienen alejados de impactos humanos. Por ende, antiguos rasgos evolutivos podrían tener más posibilidades de manifestarse, como la menopausia.

Ese rasgo de vivir más allá de la vida reproductiva habría evolucionado en nuestro ancestro común, hace millones de años, sugieren los científicos.

Incluso, si se confirma que la menopausia está presente en todos los mamíferos, su búsqueda evolutiva se remontaría mucho más allá de nuestros parientes animales más cercanos. Para explicar el rasgo, habría que centrarse en las similitudes entre los primates y los mamíferos marinos, concluyen los autores.

_____________________________

Descarga el paper de Science aquí.

Descarga el paper de Cell aquí.

Investigar y tratar cada descubrimiento de forma detallada toma tiempo, si quieres apoyar a nuestros editores puedes hacerlo a través de paypal o uniéndote a nuestro Patreon:

Become a patron at Patreon!