Un tiburón blanco de un metro y medio de largo podría ser el primer miembro de su especie observado en las etapas iniciales de vida en la naturaleza, según un estudio publicado en la revista Environmental Biology of Fishes.
El tiburón, captado gracias a un dron aéreo en la costa de California (EE.UU), tenía una fina capa lechosa sobre su piel, una capa que podría estar compuesta de sustancias provenientes del útero que se adhirieron al tiburón cuando aún estaba en el interior de su madre, dicen los científicos.
Además, los investigadores notaron que la película blanquecina se iba desprendiendo mientras el tiburón nadaba, lo que podría reforzar la idea de que se trata un tiburón recién nacido desprendiendo las últimas partes de su etapa embrionaria.
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Si bien, el tiburón blanco (Carcharodon carcharias) es una de las especies más icónicas de tiburones, sigue habiendo lagunas importantes sobre su reproducción y sus primeras etapas de vida. Hasta la fecha, el espécimen más pequeño que se ha documentado mide 1,07 metros de largo, un tiburón capturado por pescadores de forma accidental en Baja California, en 2018. Aquel tiburón tenía características similares a las de un embrión de tiburón blanco en su última etapa de formación, pero tenía los dientes funcionales parecidos a las de un adulto.
A diferencia del anterior, el tiburón blanco observado en la costa de Carpintería, en California, mide 1,5 metros aproximadamente, pero, al igual que el anterior, es similar en apariencia al de los embriones en su última etapa de formación.
El tiburón tenía una piel pálida parecida a una fina película blanca, una caracteristica que lo diferencia de los adultos y los juveniles que son grises en la parte superior y blancos en la parte inferior y llegan a medir hasta 7 metros de largo.
Esto supone dos posibles explicaciones, dicen los científicos: o bien es un recién nacido con una sustancia embrionaria o es un tiburón con una enfermedad de la piel. Por la zona donde se descubrió, el equipo se decanta más por la primera hipótesis.
Sumado a sus características parecidas a las de un embrión, varios estudios han indicado que las hembras preñadas de tiburón blanco del hemisferio norte del pacífico dan a luz a sus crías en las aguas de California, dónde se descubrió el pequeño tiburón.
Además, también se observaron grandes tiburones adultos en la misma área, llevando al dúo de biólogos a sugerir que pudieron ser hembras maduras que frecuentan la región.
Todo esto lleva a suponer que el espécimen observado es un individuo recién nacido, que posiblemente haya tenido días o incluso horas de vida en el momento de su avistamiento, donde la capa blanquecina estaría formada por sustancias intrauterinas que se habrían adherido al tiburón mientras aún estaba en el útero.
Dado que los tiburones blancos producen «leche uterina», es posible que este fluido u otro fluido se haya adherido al tiburón justo antes del nacimiento, indica el estudio.
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Al igual que otros lamniformes (la familia al que pertenece), los tiburones blancos son ovovivíparos: los huevos se desarrollan dentro de la madre hasta que el embrión está listo y eclosiona dentro del útero. Entonces, nace como un embrión para luego desarrollarse por completo en el medio ambiente, en el océano.
Cuando los huevos eclosionan, el primer embrión en salir del «cascarón» se come a sus hermanos, que aún no han emergido, para su nutrición. Un comportamiento conocido como oofagia. Como es evidente, los ovovivíparos dan a luz a pequeñas camadas.
Al completar su desarrollo en el agua, las crías son muy similares en apariencia a los embriones por un corto tiempo, ya que se destacan por medir entre 1 y 1,6 metros de longitud total y tener aletas más redondeadas en su parte terminal.
La otra alternativa, de la afección, no se puede explicar por una enfermedad cutánea conocida. Por ejemplo, el desprendimiento de una capa semiopaca del tiburón revela una pigmentación normal debajo, lo que descarta albinismo y leucismo (falta de pigmentación parcial o total) que se ha informado en un puñado de elasmobranquios (tiburones y rayas).
Por su parte, la dermatitis y otras infecciones bacterianas en tiburones no se da como se ha observado en el tiburón blanco «recién nacido».
Por lo tanto, dicen los autores, si estamos ante una enfermedad cutánea «puede ser un trastorno de la piel desconocido que no se ha informado antes en la literatura», en ninguna especie de tiburón.
Los tiburones blancos están catalogados como una especie vulnerable, y se cree que la población está disminuyendo. Por ende, estudiar su ciclo de vida es fundamental si queremos mantener con vida a estos depredadores del óceano.
«Ambas hipótesis requerirán más investigación y evidencia adicional para ser sustentadas o refutadas», concluyen los científicos.
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