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Primer trasplante de feto a feto demostrado en ratas

La hazaña de un grupo de médicos de la Universidad de Jikei en Japón no sólo hizo posible el trasplante entre fetos de ratas, sino también entre fetos de distintas especies, lo que abre caminos para futuros ensayos en fetos humanos.

Un par de riñones brillan bajo un microscopio de fluorescencia. A simple vista son similares a otros órganos, pero son, nos dicen los científicos, los primeros órganos trasplantados de un feto a otro mientras los receptores aún estaban en el útero de sus madres. El estudio, alojado en el servidor bioRxiv, es único en su tipo y representa un paso importante para futuros trasplantes de órganos en fetos humanos.

Según el paper, publicado a finales de abril, ocho de las nueve ratas sometidas al ensayo sobrevivieron hasta 150 días después de los trasplantes. Incluso fueron capaces de producir orina a través de los riñones trasplantados.

Si bien, anteriormente los científicos ya habían inyectado células y líquido amniótico en fetos, incluidos los humanos, hasta ahora el trasplante de tejidos no había tenido éxitos.


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En el nuevo estudio, los médicos de la Universidad de Jikei en Japón modificaron genéticamente ratas para que expresaran una proteína verde fluorescente en sus riñones, y así poder rastrear el desarrollo del órgano. Luego, a estos fetos modificados (de 14 a 16 días de formación) se les extrajo el tejido renal, riñón fetal con vejiga, al que los científicos llaman «órganos fetales», con la punta de una aguja para insertarlos en la espalda de fetos de la misma especie de 18 días que desarrollaban en el útero.

Según el artículo, las crías de rata nacieron por parto natural después del período normal de gestación de 22 días, y «no hubo diferencias entre las crías de ratas normales y las que fueron sometidas al ensayo».

Primer trasplante de feto a feto demostrado en ratas
Fig. 2. Método de trasplante de riñon fetal con vejiga al feto. a) Se muestra un resumen del experimento. b) Representa el tejido renal. c) La posición de los fetos se identificó a través de la pared uterina translúcida. d) Representa la imagen de exponer el útero y perforar al feto. e) La aguja se insertó directamente en el espacio subcutáneo fetal. f) La presencia de tejido fluorescente se confirmó mediante estereomicroscopía de fluorescencia inmediatamente después del trasplante. Créditos: K. Morimoto et al./bioRxiv, 2024.

24 días después del nacimiento, el equipo descubrió que los vasos sanguíneos de los recién nacidos habían crecido dentro del tejido donado, llevando al desarrollo de unidades de filtrado de desechos conocidas como glomérulos y estructuras renales internas y externas bien divididas.

Además, la invasión de los vasos sanguíneos habría hecho a los órganos menos propensos a ser rechazados por el sistema inmunológico de los receptores. En cambio, cuando el mismo tejido fue trasplantado a ratas adultas hubo rechazo 14 días después.

Esto sugiere, dicen los científicos, que el trasplante de tejidos fetales a otros fetos puede tener ventajas, ya que en esa etapa el sistema inmunológico aún está en desarrollo. Lo que podría permitir al cuerpo aceptar a las células «invasoras» como propias.

La ecografía también reveló la presencia de quistes urinarios, bolsas de líquidos, que fueron indicativos de la producción de orina. En promedio, se demostró que los riñones producían aproximadamente 1 mililitro de orina por día. Pero debido a que no estaban conectados al uréter, la orina no tenía a dónde ir, por lo que hizo falta drenar el riñón continuamente.

De los nueve fetos que se sometieron a trasplantes en cuatro ratas preñadas, ocho desarrollaron riñones de color verde fluorescente. En el noveno feto, el tejido trasplantado no se habría incrustado con éxito.

Si bien estos hallazgos demostraron la creación exitosa de un riñón maduro mediante el trasplante de tejido fetal de rata en fetos de la misma especie, quedaba por determinar si también era posible un trasplante de una especie diferente a otra. Lo que dió paso a un segundo ensayo.

Primer trasplante de feto a feto demostrado en ratas
Fig. 3. Esta imagen teñida muestra la parte filtrante, o glomérulo, del riñón en maduración. Créditos: K. Morimoto et al./bioRxiv, 2024.

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Antes de empezar el estudio, el objetivo principal de los investigadores era buscar un tratamiento para la agenesia renal bilateral. Una enfermedad donde los riñones y los uréteres no se forman durante el desarrollo embrionario. Por lo tanto, tampoco se produce el líquido amniótico que se libera mayormente a través de la orina fetal. La falta de líquido amniótico lleva a malformaciones severas y un deficiente desarrollo de los pulmones y el músculo esquelético. Una serie de deficiencias conocidas en su conjunto como «Secuencia de Potter».

En casi todos los casos de la secuencia de Potter se produce la muerte del feto. Incluso si el bebé logra nacer, la muerte suele ocurrir dentro de las primeras 12 horas de vida debido al mal funcionamiento de los pulmones. Digamos que es una enfermedad con una muerte segura y con pocas opciones de tratamiento.

La solución de los científicos: hacer posible los trasplantes de tejido renal de fetos de cerdo a fetos humanos desde el útero.

Para ello, el primer paso sería probar si es posible el uso de órganos del feto de un animal y transplantarlo en el feto de otra especie, un método conocido como xenotrasplante.

Con este fin, el equipo utilizó tejido de riñón fluorescente de fetos de ratones y los trasplantaron a fetos de ratas.

Según los datos, las crías nacieron cuatro días después sin complicaciones y los riñones se desarrollaron durante diez días sin ser rechazados en cuatro crías de ratas. A los 18 días, el tejido mostró signos de rechazo, pero los investigadores pudieron apaciguar el daño con fármacos inmunosupresores.

En cambio, cuando se trasplantaron riñones fetales de ratón a ratas adultas, se observó un rechazo severo a los tres días. Lo que sugiere que el rechazo se reduce incluso en trasplantes de tejidos de distintas especies si el trasplante se da a nivel de fetos.


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Si bien, el estudio en ratas es un paso importante hacia el desarrollo de un nuevo método de tratamiento en niños con enfermedad renal grave, para su aplicación en humanos, los científicos tendrán que demostrar que los trasplantes también funcionan en animales mucho más grandes. Por ejemplo, en primates.

En este sentido, el equipo ahora estaría trabajando en trasplantes de cerdo a cerdo, y de tejidos fetales de cerdos a fetos de monos titís. Pero esos datos aún no se han publicado.

Trás cinco meses de experimento, las primeras ratas con riñones fluorescentes fueron sacrificadas, quedando para siempre en los datos de un artículo como los primeros animales conocidos en recibir un trasplante de «órganos» cuando aún estaban en el interior de sus madres.


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Romnel Martínez
Romnel Martínez
Romnel cubre todo lo referente a temas científicos y es el editor principal de Morbeb. Estudió microbiología en la Universidad de Panamá y cursó física matemáticas en la Universidad Tecnológica. Es melómano y aficionado a series policíacos.
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