Un estudio ha descubierto que un compuesto natural hallado en el café y ciertas verduras podría contrarrestar el deterioro cognitivo asociado con la edad. La trigonelina (TG), alcaloide presente en el café, semillas de fenogreco y rábano, ha surgido como un posible candidato para potenciar las capacidades cognitivas, según sugiere el estudio publicado en GeroScience.
El descubrimiento podría llevar al desarrollo de un medicamento para ayudar a combatir los problemas mentales que vienen con la edad. A medida que envejecemos, es común experimentar dificultades en la resolución de problemas, el razonamiento y la memoria. Con el envejecimiento de la población mundial, se ha intensificado la investigación en métodos para reducir o prevenir este declive cognitivo, enfocándose cada vez más en compuestos naturales con propiedades neuroprotectoras para preservar la salud cerebral.
El nuevo estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Tsukuba en Japón examinó los impactos de la trigonelina en la memoria y el aprendizaje espacial, abordando tanto aspectos cognitivos como moleculares. En el estudio utilizaron un modelo de ratón propenso a la senescencia acelerada, conocido como SAMP8. En este contexto, SAMP8 se refiere a un tipo específico de ratón que exhibe un proceso de envejecimiento prematuro.
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Estudios previos ya habían informado que la trigonelina promueve la regeneración de algunas partes de las neuronas y parece mejorar el aprendizaje y el deterioro de la memoria en los modelos de ratones con la enfermedad de Alzheimer. Pero sus efectos sobre la pérdida de memoria relacionado con la edad (sin una enfermedad) no estaban bien establecidos.
Para estudiar estos efectos, los científicos de Tsukuba administraron 5 mg de TG vía oral a los ratones con envejecimiento acelerado y con problemas de aprendizaje y perdida de memoria durante 30 días. Luego, evaluaron el aprendizaje y la memoria espacial utilizando un laberinto acuático de Morris. Un laberinto utilizado para probar la capacidad de aprendizaje en ratones de laboratorio.
En el laberinto acuático de Morris, los ratones tenían que encontrar una plataforma sumergida en un charco de agua cilíndrico usando pistas del entorno. Después de aprender la ubicación, quitaron la plataforma. Los ratones SAMP8 sin TG pasaron menos tiempo y cruzaron menos veces la zona donde estaba la plataforma. En cambio, los ratones SAMP8 con TG mostraron mejoras, indicando que el TG podría ayudar contra problemas de aprendizaje espacial y pérdida de memoria asociados al envejecimiento.
Olvidar dónde colocamos cosas o perdernos a menudo está relacionado con problemas de memoria espacial. Esto suele suceder cuando el hipocampo, una parte compleja del cerebro en el lóbulo temporal, se daña. En las personas, el hipocampo tiende a reducirse con la edad, contribuyendo al declive cognitivo.
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En el estudio, notaron que los ratones que tomaron TG mejoraron significativamente en aprender y recordar lugares en comparación con los que no lo hicieron. Al ver esta mejora en la memoria espacial, investigaron los efectos en el hipocampo.
Cambios genéticos son esenciales para la memoria a largo plazo en el cerebro. Analizaron todos los genes en el hipocampo. Descubrieron que en ratones con TG, las vías de desarrollo nervioso, energía celular, inflamación y autofagia estaban reguladas. Genes de sinapsis, esenciales para conexiones neuronales, también estaban regulados positivamente.
Además, TG redujo la inflamación al regular la creación de citoquinas inflamatorias y aumentó neurotransmisores importantes para la función cerebral: dopamina, norepinefrina y serotonina.
«En general, nuestro estudio proporciona información valiosa sobre el potencial terapéutico de los TG para mejorar el deterioro cognitivo asociado con el envejecimiento, destacando su capacidad para atacar la neuroinflamación, la función sináptica y la liberación de neurotransmisores en el hipocampo», «Por lo tanto, los TG podrían considerarse un posible compuesto medicinal complementario para mejorar el envejecimiento cognitivo y las disfunciones del sistema nervioso central relacionadas con la neuroinflamación», dijeron los investigadores.
En resumen el estudio destaca el potencial de los TG para mejorar el deterioro cognitivo relacionado con la edad, al atacar la inflamación, la función sináptica y los neurotransmisores en el hipocampo. Los TG podrían ser un posible tratamiento para problemas cognitivos asociados al envejecimiento y disfunciones del sistema nervioso central relacionadas con la inflamación.
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