En 2016, un equipo de biólogos de la Universidad de los Andes observó el comportamiento reproductivo de una rana de cristal en el municipio de Pijao, Colombia, “se encontraban en la superficie superior de las hojas sobre el arroyo”, escribieron en su artículo.
En aquella excursión inicial, los científicos monitorearon a 3 parejas hasta la puesta de huevos pensando que se trataba de Nymphargus griffithsi, una especie de la región. Sin embargo, su llamado (su voz) para atraer a las hembras sonaba diferente, dijeron los biólogos.
Pero en abril de este año, gracias al estudio detallado de la parte externa y los órganos internos del cuerpo de la rana, así como de los renacuajos, un equipo internacional de herpetólogos lo describió como una nueva especie: Nymphargus pijao. Nombrado por la localidad donde se descubrió. Aunque la especie se distribuye en ambas vertientes de la cordillera Occidental y la cordillera Central de Colombia, donde sería endémica, dicen los científicos.
Los machos de la nueva especie miden entre 2,2 a 2,7 centímetros; mientras que las hembras son un poco más grandes, llegando a una longitud, del hocico a la cloaca, de 2,9 centímetros.
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N. pijao pertenece a la familia Centrolenidae que contiene unas 158 especies comúnmente conocidas como ranas de cristal, debido a la piel parcial o completamente translúcida en la que se pueden observar sus órganos internos.
Entre los 12 géneros de Centrolenidae, el más diverso es Nymphargus con 42 especies actualmente reconocidas distribuidas a lo largo de los Andes de Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia. Las especies de este género se distinguen por la ausencia de membrana entre los dedos y la falta de iridóforos, unos pigmentos que le dan el color verde, en la zona del hígado y el intestino.
A pesar de sus características bien conocidas, muchas especies de este género son muy similares llevando a que algunos miembros se clasifiquen dentro de una especie a la que no pertenecen. Como el caso inicial de N. pijao.
Por lo tanto, para el nuevo artículo los biólogos dirigidos por investigadores de la Universidad de los Andes en Bogotá estudiaron y compararon el cuerpo de los adultos tanto a nivel externo como a nivel interno (sus órganos); así como también estudiaron las características de los renacuajos, las vocalizaciones de la ranas, y su secuencia genética.
Según los resultados, Nymphargus pijao se puede distinguir de otros centrolénidos por su hocico truncado, su tamaño corporal mediano de adultos y su espalda de color verde con diminutos puntos negros (melanóforos) y manchas amarillas en el holotipo (el espécimen usado para la descripción de la especie). Pero el color de su cuerpo en general varía en los adultos, de verde oscuro a verde claro con o sin grupos de melanóforos que forman pequeñas motas. Y el color de su iris va de blanco plateado a dorado tenue con finas líneas y diminutas motas redondas, indica el artículo.
El nombre de la especie está dedicado a los pijaos, un grupo étnico de nativos americanos conocidos por su fuerte oposición a la colonización española durante la conquista americana. El pueblo Pijaos habitó originalmente las montañas de los Andes centrales de Colombia. Además, la nueva especie también hace honor al municipio de Pijao en el departamento del Quindío, donde es común encontrar la especie.
Su voz de apareamiento, para atraer a las hembras, suena como un “tic” cada 0,02 segundos. Una característica, la duración de llamado, distintiva de la especie dicen los autores.
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En 2016, cuando los investigadores iniciales siguieron el sonido de la voz de N. pijao, observaron la cópula de tres parejas y estudiaron de cerca a una hasta la eclosión de los huevos.
Observaron que antes de la oviposición, el macho comienza a mover sus piernas en forma circular sobre la hembra. Luego, levanta la parte posterior de su cuerpo y la hembra expulsa sus huevos mientras la pareja avanza.
Aquella noche, la hembra del estudio puso una nidada de 50 huevos, en siete minutos que duró la oviposición. Trás lo cual, el macho continuó moviendo las piernas sobre la hembra durante unos segundos, hasta que la hembra levantó la cloaca y se acercó y cubrió la nidada con su cuerpo, indicaron los investigadores en su paper.
“Monitoreamos esta nidada hasta la eclosión, que ocurrió entre 25 y 26 días después de la oviposición”.
La reproducción de las ranas de cristal está asociada con los arroyos, donde las hembras ponen huevos en hojas, musgos o rocas; dependiendo de la especie, esas nidadas exhiben diversas estructuras y son cuidadas por machos o hembras. Cuando los huevos eclosionan, los renacuajos caen al agua donde completan su desarrollo como larvas.
Para estudiar los estadíos desarrollo embrionario de N. pijao, el equipo del nuevo estudio crío renacuajos in situ, es decir, en el mismo arroyo. Recolectaron una nidada con 49 embriones, y siguieron su desarrollo por 10 meses, desde la eclosión de los huevos hasta la metamorfosis.
Según el artículo, los renacuajos de N. pijao en su estado natural son casi translúcidos, pero con una coloración verde muy leve en la piel, lo que les da un color verde-blanquecino en apariencia. Tienen la espalda ligeramente pigmentada con algunas puntuaciones dispersas de color marrón pálido, especialmente concentradas entre las narinas y los ojos. Y se pueden observar los intestinos, el hígado, el corazón y otras partes del sistema circulatorio visibles a través de la piel.
Si bien, los renacuajos de las ranas de cristal comparten algunas características del cuerpo y de comportamiento, el conocimiento sobre los renacuajos de Centrolenidae aún es limitado, debido a sus hábitos fosoriales, se esconden dentro de las descomposiciones orgánicas y la basura de los arroyos, lo que dificulta su estudio.
Por lo tanto, esta nueva investigación donde se presentan las características internas del cuerpo de los adultos y el desarrollo de los renacuajos en detalle pueden resultar útiles para descubrir la diversidad de las ranas de cristal, concluyen los autores.
Su estado de conservación no se menciona en el artículo.
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[Desde Guna Yala, un artículo de Morbeb]
