
Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto un agujero negro de 33 mil millones de masas solares. Está situado a 2 700 millones de años luz de distancia y es uno de los más grandes jamás encontrados hasta la fecha.
El descubrimiento fue posible gracias a la lente gravitacional, un efecto de la gravedad causado por un objeto masivo (como agujeros negros o cúmulos de galaxias) que dobla la luz de otros objetos que se encuentran detrás de ella.
En otras palabras, el espacio-tiempo es como una malla que se extiende por todo el universo, por ende, cualquier objeto que se «asienta» sobre ella lo modifica, digamos que lo hunde un poco, haciendo que la luz de otro objeto se doble al pasar por ella. La luz se deforma, se estira y, a menudo, se hace más grande, como en una especie de lente. Por lo tanto, la imagen de las galaxias que están detrás de ese objeto masivo nos llegan de forma distorsionada.
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El agujero negro en cuestión está situado en el centro del cúmulo de galaxias más brillante (BCG) de Abell 1201 (en la constelación de Leo, hemisferio norte), a 2 700 millones de años luz de distancia de nosotros.
Si bien, la primera imagen de la distorsión se descubrió en 2003 en las fotos del Telescopio Hubble, hasta ahora no se sabía que tan grande era el objetivo que causaba esa lente gravitacional.

Para salir de dudas, astrónomos de varios institutos europeos dirigidos por investigadores de la Universidad de Durham (Inglaterra) realizaron cientos de miles de simulaciones de luz moviéndose a través del Universo. En cada simulación alteraron la masa del agujero negro del centro de la galaxia Abell 1201 BCG, buscando la que más se ajustaba a la imagen observada.
Así, han calculado que el agujero negro tiene una masa de 32 700 millones de masas solares, es decir, esa cantidad de millones más grande que nuestro sol. Por lo tanto es un agujero negro ultramasivo.

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Aunque parezca una «monstruosidad», el agujero de Abell está lejos de ser el más grande del invierno, ese título, actualmente, le pertenece al agujero negro situado en el centro de la galaxia principal del cúmulo de galaxias Fénix A, ubicado a 5 800 millones de años luz de la Tierra. En un artículo publicado en 2015, investigadores del Instituto Max Planck (Alemania) calcularon que la masa del agujero de Fénix A era superior a 100 mil millones de masas solares.
La mayoría de los agujeros negros se descubren por su actividad, es decir, cuando se alimentan de otras estrellas, un proceso que produce una gran cantidad de luz a medida que el material se calienta antes de caer en el agujero negro.
Por lo tanto, los autores del nuevo artículo esperan que su técnica sirva para descubrir más agujeros negros ultramasivos.
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[Desde Guna Yala, un artículo de Morbeb. Escrito originalmente como post de Instagram]